12 características del sabio taoísta
El sabio taoísta es uno de los personajes más interesantes del taoísmo. Los sabios taoístas son dueños de sus propias vidas y capaces de vivir en armonía con el mundo. Descubre más sobre las 12 características del sabio taoísta.
El sabio taoísta es adaptable, es mentalmente flexible. No insiste en una determinada dirección a seguir en cualquier cosa que haga. Se deja llevar por la corriente, es creativamente "no dirigido" y "no intencional", porque no cree en lo que hoy en día se llama una "vida con propósito". Cuestiona que exista algo así como una dirección única en la vida llamada "propósito" u "meta final" o, en su defecto, enfoque único. Se adapta a las circunstancias como el agua se adapta al nivel del paisaje por el que pasa.
II - Alegría
Merriam-Webster define la alegría como "indiferencia informal y alegre". El sabio es alegre en el sentido de que es un gozoso ausente de cualquier tipo de participación en asuntos que conduzcan al apego y al dolor.
III — Imparcialidad
La etapa es desapasionada, evitando así el apego emocional, lo que conduce a la inflación del ego y la dependencia en las relaciones. La naturaleza desapasionada del sabio, vista superficialmente, puede fácilmente confundirse con cinismo o ridículo deliberado, pero en realidad es diferente de estas expresiones negativas.
IV — Genuinidad
El sabio taoísta es genuino y original, mientras que hoy en nuestro mundo moderno la mayoría de la gente es imitativa y artificial. Para ser genuino es necesario no estar interesado en el culto a los héroes, ser inflexible en no reconocer a nadie como "especialmente importante" como hoy el culto mediático en torno a multimillonarios, estrellas de cine y empresarios famosos se entrega a ello a diario. Significa ver lo humano básico en cada hombre o mujer, una consideración con los pies en la tierra que no molesta si uno es un genio y otro un simple trabajador o artesano. Al resistirse a ser "impresionado" por una persona en particular, el sabio es capaz de mantener la distancia necesaria con otros humanos para que su autenticidad no sufra ningún sesgo que resulte de la sobreestimación de las capacidades humanas.
V. Indiscriminación
El sabio taoísta es indiscriminado. No tiene preferencias, sabiendo que centrarse obsesivamente en "elegir" distorsiona la genuina falta de implicación en los asuntos humanos y da lugar a una visión sesgada de la realidad.
VI — Tranquilidad
El sabio taoísta es pacífico. Vive en paz. Considera la paz como el estado natural del ser humano espiritualmente despierto y desarrollado, como cuestión de respeto a toda vida. De este modo evita el conflicto, la implicación en los asuntos humanos, el enredo con la vida "propósito" de otras personas o cualquier acción que le pueda sacar de su centro. Ser pacífico, para el sabio, significa estar centrado en su propia realidad para no crear olas de antagonismo.
VII — Preparación
El sabio taoísta siempre está preparado. Esto lo tiene en común con el guerrero, por lo que es un guerrero-sabio. Hay una diferencia mayor entre un guerrero y un no guerrero (persona común y corriente) que entre un sabio y un guerrero. Si bien el sabio es un guerrero de paz, no culpa a un guerrero de guerra porque sabe que la preparación es una cualidad esencial de una persona que está completamente despierta y enfocada espiritualmente.
VIII — Autosuficiencia
El sabio taoísta es autosuficiente. Lleva un estilo de vida ahorrativo, es frugal. Sabe que el secreto de la prosperidad se encuentra en una actitud parsimoniosa, en evitar el despilfarro de cualquier tipo. Pero también es espiritualmente autosuficiente, lo que significa que no adoptará ninguna "religión" como lo hacen la mayoría de las personas, sino que permanecerá sin bautizar, sin circuncidar ni sin iglesia, preservando la integridad tanto de su cuerpo como de su mente.
IX — Sostenibilidad
El sabio taoísta lleva una vida sostenible. Todo lo que hace puede realizarse durante largos períodos de tiempo sin deteriorarse. Conoce intuitivamente el funcionamiento de los sistemas vivos y el pensamiento sistémico. Por lo tanto, crea resultados de sus acciones que son sostenibles en lugar de estar sujetos a deterioro. Que sus acciones perduran en el tiempo y pueden verse como logros duraderos después de su transición a la dimensión superior.
X - Sin pretensiones
El sabio taoísta es modesto. No llama la atención sobre sí mismo. Esta es una manifestación de su modestia. No se considera especial, sino ordinario, evita toda falsa pretensión, siendo sencillo y honesto, directo y directo en su relación con los demás y su estilo de vida.
XI — Falta de competitividad
El sabio taoísta vence el espíritu de competencia. No compite ni competirá bajo ninguna circunstancia. Es lo suficientemente sensible como para ver las raíces sutiles del conflicto en una actitud competitiva y las raíces de un conflicto aún mayor en una sociedad competitiva. Sabe que la competencia conduce en última instancia al empobrecimiento espiritual porque el estilo de vida competitivo carece de un enfoque contemplativo, estando obsesionado con un enfoque de acción que conduce a la dispersión de la base a través de una actitud crítica y superficial.
XII - Falta de heroísmo
El sabio taoísta no es un héroe, es lo contrario de un héroe. Considera un error fundamental en la vida juzgar a los humanos como héroes (ganadores) o seguidores (perdedores), y luego adorar la primera categoría y tener lástima de la segunda. Desde el punto de vista del sabio, esto es pura arrogancia y una actitud que invita al antagonismo y al conflicto entre las personas. El culto al héroe a nivel cultural y social, como parte integrante de la cultura posmoderna actual, es considerado por el sabio como una aberración cultural del camino de la naturaleza que no juzga sus creaciones de ninguna manera. El sabio vence el ser un héroe siendo modesto, desapasionado, contemplativo, humilde y no involucrado en asuntos humanos distintos de su propia vida simple y llana. El sabio sabe que los héroes se definen a sí mismos por "tener un propósito en la vida", quedando así enredados en un concepto o conceptos mentales, que actúan en contra de ser genuinos y libres, creativos y espontáneos e infantilmente inocentes, cualidades que sólo el sabio encarna.